No hay mas lugar...

Continuamos viajando, ya mucho mas lento, si los otros caminos estaban en
mal estado, esta es un camino que solo entra un vehículo a la vez, de
tierra, con mucho barro, donde ya era imprescindible utilizar la doble
tracción del vehículo. En mas de una ocasión el barro o el agua llegaban a
las puertas, incluso mas. Por ese camino llamaba la atención que cada tanto
aparecían caseríos típicos, con casas de adobe con techos de paja, y en
algunos se observaba alguna capilla abandonada por los portugueses. Al pasar
por cada uno de estos pueblos aparecían muchos chicos que saludaban, corrían
al lado del carro, o muchas veces corrían y se escondían atrás de lo que
podían, especialmente al vernos a nosotros, los blancos. También escuche que
nos gritaban Branco, o también era común escucharlos gritar Mundele,
Mundele, o algo que sonaba asi.

Luego de aproximadamente una hora de viaje, cuando entrábamos a uno de estos
caseríos, se nos acercaron muchas mujeres hablando en kikongo, por lo que
tuvimos que parar. Al aproximarse a la ventana del acompañante, una de las
mujeres que traía algo entre sus brazos, comenzó a hablar y todas la
señalaban, por suerte algunas hablaban portugués. Cuando pudimos ver,
observamos que traía un bebe de días de vida. Estaba en muy mal estado, a
simple vista. Que hacíamos? Lo llevamos, lo dejamos y luego lo venimos a
buscar? No había mas lugar en nuestro vehículo! Decidimos con Daniel, (el
otro médico) bajar del vehiculo. Fuimos con todas estas mujeres, unas 20, de
todas las edades, ir hasta una de las casas para poder revisarlo bien. En
tramos a una casa, era tan sencilla por dentro como por fuera, sin muebles,
paredes y piso de adobe colorado de la zona y techo de paja. Al revisarlo
bien, confirmamos su mal estado, según la madre tenia unos dos días de vida.
Lo que no entendía bien porque no nos dijeron el nombre de esta pequeña
criatura, luego lo supe porque...

No estaba muy claro que podia ser, lo único que si estaba claro que si
quedaba ahí, no tenia ninguna probabilidad de sobrevivir. Cuando ya habíamos
decidido llevarlo con nosotros junto con sus padres, que estaban de acuerdo,
alcance a observar una contractura de todos los músculos que tuvo el bebe.
Así que volvi hacia él, si, tenia contractura en casi todos los músculos,
sería una convulsión? Cuando tuvo el próximo episodio lo reconocí! Era mi
primer diagnostico, tenia tétanos neonatal muy probablemente,
lamentablemente.

Como pudimos nos acomodamos en el vehículo y seguimos viaje, digo
recorriendo el camino que podía hacer una diferencia para nuestros dos
pacientes.

Una hora después llegamos por fin a un poblado mas grande con muchas
construcciones portuguesas rodeadas de casas típicas Angoleñas. Al final de
la subida que entra al pueblo esta el centro de salud de Cangola, total
mente destruido por los años y las guerras. La cruz roja se reconoce ente
los agujeros de las balas en la pared. Entrando por el costado del edificio
llagamos al patio, ahí estaba, las tiendas de MSF que sirven de cobijo para
el centro de salud. En la primer tienda que entre estaba una enfermera
Española, renegando porque no podía encontrar ninguna vena para poder hacer
una transfusión a una beba un año también con malaria complicada. Luego de
una mínima presentación, hicimos las pruebas de compatibilidad de la sangre
que no podían utilizar en esta niña con la sangre de la niña que traíamos
nosotros. Eran compatibles! Inmediatamente iniciamos la transfusión, y el
tratamiento del otro niño con aparente tetanos. Eran las ya las cinco de la
tarde cuando por fin pude decir, llegue a destino. Estoy en Cangola.

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