Media noche.


Han pasado varios días, es mas, el lunes llegaron las Quilmes que mande a comprar
en Luanda. Si Cerveza, cerveza Argentina! Ya es martes 10 de enero, pero la
verdad que aca se pierde un poco la noción de los días de la semana, y las
fechas. Fue un día relativamente normal, ingreso un bebe sin nombre con aparente
tétanos, le hice una punción lumbar para descartar un meningitis, que dio
negativa a simple vista (el liquido cefalo raquidio que sacamos era claro como el
agua de vertiente), no pudimos hacer la prueba rápida por una falla técnica por
lo que se arruinó la muestra. Ese bebe murio a las pocas horas. El centro
trabajo como todos los días, muchos niños que con fiebre que se les pincha el
dedo para hacer el Parachek (prueba rápida para detección del plasmodium
falciparum, parasito que produce el paludismo.) A las mujeres grávidas se les
entrego un red mosquitero para cubrir su cama mientras duermen para evitar ser
picados por los mosquitos que transmiten la malaria. Paso el día. Nos fuimos a
dormir.

Ya estaba durmiendo cuando siento que llaman a mi puerta, era el enfermero, me
decía que nos necesitaban en el centro; una transfusión. Salí de mi cuarto, la
noche estaba muy linda, justo arriba nuestro esta el cinturón de oreon, y algunas
nubes que pasaban. Miro la hora, eran las 12 de la noche, la media noche.
Faltaban unas 6 horas para que amaneciera, y hace 6 que había oscurecido. Ahí fue
cuando me dí cuenta que aquí la media noche, realmente es a la mitad de la
noche!!

Hicimos las pruebas de compatibilidad, luego la transfusión al niño, tenia
malaria complicada con una grave anemia. Habría pasado una hora, y nos fuimos
nuevamente a dormir en la noche africana, claro que antes nos tomamos una
Quilmes. Luego de unos días de doce horas y unas noches de doce horas, este niño
volvía a su casa para seguir jugando y asustándose de los pocos mundele que andan
por aquí.

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