Nairobi…(El gran vuelo 3...)

Esta vez el recorrido era Barcelona-Amsterdam-Nairobi. En Barcelona llovía un poco cuando fui a la terminal aérea. Embarcamos unos diez minutos atrasados, ya estábamos todos los pasajeros en sus posiciones cuando comenzó a llover fuerte con muchos rayos y sus correspondientes truenos. Ya llevaba 14 horas de estar sentado en tres aviones distintos, este era mi cuarto avión en cuatro días. La voz del comandante nos avisaba que el aeropuerto se encontraba cerrado, o sea nada despega y nada aterriza. Mi combinación en Ámsterdam era con una hora y media de diferencia, que es muy poco para combinaciones aéreas, especialmente si cierran la terminal de la que tienes que partir. Luego de unos 45 minutos despego nuestro avión, durante el vuelo me iba imaginando como dentro de una hora podría estar en Ámsterdam, preparándome a tomar una cerveza en algún bar céntrico ya que seguramente perdería mi combinación y me tendría que quedar una noche en aquella ciudad. Mala fue mi suerte que cuando llegamos al aeropuerto la azafata nos avisó a todos los que teníamos combinación con Nairobi, unas ocho personas, que si corríamos seguro llegábamos al otro avión ya que también tenía un retrazo. También nos aviso que nuestras maletas no llegarían a ser cambiadas de avión porque para eso necesitaban por lo menos unos cuarenta y cinco minutos. Solo teníamos unos 15 minutos antes de que cerraran la puerta del avión. Y ya estábamos ahí, no quedo otra que correr y correr. Hasta corrimos sobre las cintas transportadoras de personas como las que había en los dibujos animados de los supersónicos o en futurama. Esquivando personas y saltando maletas. Habré llegado a los quince minutos o un poco menos. Ya había llegado otro pasajero antes que yo, él estaba apoyado sobre el mostrador, pero no embarcaba. Me costaba hablar por lo agitado que estaba así que mostraba mi pasaporte con mi tarjeta de embarque. Mientras recuperaba mi respiración iban llegando el resto de los pasajeros del vuelo Barcelona Ámsterdam. Ahí alcance a comprender porque nadie embarcaba, el hombre de la compañía aérea decía "We have Over booking, no more passengers" Lo que básicamente quiere decir:"hemos vendido tu asiento, pensando que n ibas a llegar a tiempo, así que tenemos mas pasajeros que asientos. No sabia si alegrarme porque volvía a mi la imagen de la cervecita fría en Ámsterdam, que luego de semejante corrida me apetecía aun mas, o saltar arriba del mostrador y correr hasta el avión para justificar el maratón aeroportuario, gritando y golpeando a quien se impusiera en mi camino. Más de uno estaba más preocupado de lograr subir al avión que yo. Todos los que veníamos de Barcelona teníamos el numero de asiento asignado. Encima dejaban pasar a otros pasajeros pero a los de nuestro vuelo no. A ultimo momento el jefe de los que estaban en el mostrador asintió con la cabeza y nos dejo pasar, no se si a todos, pero no me quede para averiguarlo. El avión estaba realmente lleno, no sabia si me tendría que pelear por el asiento con otro pasajero como me ha pasado alguna vez que viaje en ómnibus a Buenos Aires. Por suerte mi asiento estaba vació. Me apure a sentarme y a ponerme el cinturón porque parecía el único asiento vació y había muchas personas paradas en los pasillos del avión. A final, supongo que contaron bien, porque no escuche a nadie pelearse por un asiento.
Aun no me terminaba de recuperar totalmente de la carrera que este nuevo avión ya estaba carreteando, listo a despegar. Como en todo avión, ni bien empezó a moverse, una voz en of del comandante o del comisario de abordo nos daba la bienvenida y nos decía todo lo que normalmente se dicen en los aviones. Ye me sabia de memoria el discurso" bienvenidos al vuelo blabla, de la compañía bla bla, tiempo estimado de llegada, duración del vuelo, vuelo de no fumar, apagar los celulares durante todo el vuelo y los aparatos electrónicos durante despegue y aterrizaje, bla bla, y ahora preste mucha atención a las indicaciones de seguridad...etc., etc. ya lo había escuchado en castellano, en ingles, en catalán, en holandés y ahora francés, ingles y lo que si me llamo la atención y me pareció hasta ambiguo fue escuchar en un avión de última tecnología este mensaje en un idioma de una etnia Africana: el swahili.
Ya mi cuerpo estaba tomando la forma de un asiento de avión. Llevaba ya mas tiempo en aeropuertos y aviones que en un hotel. No se bien cuantas horas de vuelo habían pasado, pero en el monitor podía observar que comenzábamos a sobre volar África, de nuevo esa sensación de estar sobre este Continente tan particular recorrió mi cuerpo. Por la ventana no se veía nada, además que mi asiento esta vez era uno de los del pasillo de la hilera de cuatro al medio; ya era la noche de viernes, aunque para mi cuerpo recién serian las dos o tres de la tarde.
Cansado ya, sin haber dormido durante este vuelo, Por fin llegue a Nairobi. Habré estado una hora en el mostrador de la compañía haciendo el reclamo de mis maletas perdidas. Solo traía lo puesto y un ordenador (como le llaman los españoles a las computadoras) que me dieron en España para dejar en la oficina de Nairobi y como pesaba mucho decidí embarcar también mi bolso de mano. Afuera se respiraba ya el aire Africano la tierra media colorada, en la puerta me esperaba un taxista con un cartel en sus manos con mi nombre escrito en el. Me tenía que llevar a la casa MSF de Kenia. Esta vez para mi sorpresa ni bien salimos del aeropuerto al costado de la ruta pude ver cuatro jirafas pastando tranquilas, como si de África se tratase...
El taxista no conocía muy bien el lugar donde me tenía que dejar así que dimos varias vueltas, al final tuvo que preguntar por su radio como llegar. Al entrar a la casa MSF, me recibió una señora Keniata que cuida la casa. Creo que luego de saludarme fue cuando me dijo algo que me perturbo un poquito..."A las dos sale tu vuelo..." solo tenia tres horas de tierra firme.
De nuevo en un aeropuerto, esta vez uno pequeño, en las cercanías del principal de Nairobi. Pero este tenía muchas aeronaves, pero todas medianas a pequeñas, avionetas, helicópteros y algunos pequeños jet.
Subí nuevamente a un avión, pero esta vez nada de puertas de embarque, pasillos alfombrados y demás. Solo debíamos esperar a un costado del estacionamiento de los aviones hasta que viniera o el piloto o un asistente a buscarnos. Primero llamaron a una familia de turistas vestidos todos de safari, ellos se fueron en un Cessna gran caravan, una avioneta monomotor muy conocida entre los fanáticos de la aviación. Luego nos llamaron a los que esperábamos para ir a Loki...

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